OMAR NARVÁEZ ya está listo para enfrentar a Nonito Donaire. Será mañana sábado, en el Madison de Nueva York. Será la gran pelea que se le reclamó a Narváez. ¿Esto es así? No. Porque si bien se puede anunciar como una “gran pelea” o un “rival en serio”, también habría que agregar que Donaire es más joven, más alto, más pegador y más pesado que el argentino, por lo cual El Huracán estará dando todas las ventajas posibles. Si el límite de los gallos es de 53,524, no sería para nada descabellado pensar que, para la noche del combate, el filipino andará, por lo menos, en los 57 kilos, o sea prácticamente un peso pluma.
Omar, que es campeón supermosca OMB, y que tiene límite en 52,163 kilos, no ha tenido, obviamente, ningún problema de peso, pero naturalmente, aunque suba varios kilos para la noche del combate, igual estará dando ventajas estructurales de físico, sin contar la edad y sin contar la altura.
Pero además de todo esto, creemos que la clave de la pelea puede estar en una cuestión de velocidad. Donaire, sentimos, saldrá a imponer no solamente el rigor de sus impactos, sino la velocidad de combinaciones y Narváez –quien, naturalmente, tiene un ritmo un poco más cadencioso-, deberá caminar mucho para sacárselo de encima.
Seguramente, el boxeador de Trelew se llevará una bolsa muy importante; y con todo su talento, ofrecerá brava batalla pero, nos parece, ofrece demasiadas ventajas físicas.
La pelea será televisada por TyC Sports; para la mayoría el gran favorito es Donaire, incluyendo en el pronóstico un triunfo antes del límite. Objetivamente, es lo que se puede vislumbrar. Ojalá que Narváez pueda sacar a relucir todo su talento para que el resultado sea otro.
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