FUE UNA VERGUENZA. Sillas, botellas, agresiones verbales y físicas, convirtieron al ring del estadio Ruca Ché de Neuquen en un campo de batalla.
Había terminado el noveno round. Hasta ese momento, el campeón argentino y sudamericano mediano, Claudio Abalos (en la foto, a la derecha, tras el pesaje) se había dedicado a sobrevivir de cualquier manera, poblando su trabajo de infracciones sobre su retador, el local Billi Godoy, apodado “El Niño”. De hecho, el referí Hernán Guajardo, le bajó un punto en el sexto a Abalos, quien a esa altura ya se había vuelto insoportable hasta para quienes la mirábamos por la tele.
Godoy estuvo cerca del triunfo por nocaut en el segundo, cuando derribó a su oponente y lo dejó en malas condiciones, pero no sólo no pudo rematar, sino que encima cayó en una laguna que supo aprovechar, muy bien, su experimentado rival.
EL FINAL fue lamentable. En el noveno asalto, Abalos le metió un tremendo cabezazo a Godoy. Era para descalificación directa, clara y sencilla. La culminación de una labor llena de confusión y enredos del campeón. Pero no. Guajardo llamó al médico y la pelea siguió. Era evidente que Godoy no estaba bien, más allá de una tremenda hemorragia nasal (de paso, preguntamos: ¿el médico no se dio cuenta de que ese muchacho no estaba en buenas condiciones?).
Obviamente Guajardo penalizó al campeón bajándole un punto –era lo menos que tenía que hacer-, por lo que no podía sancionarlo de nuevo por esa infracción. Pero también fue obvio que Godoy, conmocionado, no fue el mismo. No estaba recuperado. Abalos descargó una tremenda andanada, cayó Godoy, pudo ponerse de pie y cuando prácticamente sonaba la campana, Guajardo decretó el nocaut técnico a favor del campeón.
VOLARON sillas, el referí pidió ver el tape y determinó que, como por producto del cabezazo, Godoy estaba sentido y no podía seguir, apelaba a las tarjetas, ya que no había escuchado el campanazo del asalto. Ahora bien: si el muchacho estaba sentido producto del cabezazo... ¿Por qué le dio la victoria a Abalos? Esto va mucho más allá de la campana o no, que por cierto, sumó también confusión. Para el referí, si le dio la victoria a Abalos, es porque Godoy estaba sentido. Y si fue producto de un cabezazo, ¿por qué no lo descalificó antes? De hecho, él no paró la pelea porque no escuchó la campana, la paró porque para él, Godoy no podía seguir peleando...
Al final, fueron a las tarjetas y ganó Godoy por puntos, que era lo que había ocurrido en el ring hasta ese momento.
Si el árbitro hubiera tenido un mayor control de la pelea, hubiese descalificado a Abalos, que era lo que correspondía.
CARLOS IRUSTA
FOTO: ROCA DIGITAL
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