El derechazo final. Fusilamiento en público. Floyd lo ejecutó. |
ES UNA DE LAS más viejas lecciones que ofrece el boxeo. Sí, protéjase todo el tiempo, porque está enfrente de un boxeador tan bien entrenado como usted, y seguramente con las pulsaciones tan altas o más que usted. Víctor Ortiz, evidentemente, no aprendió nunca esa lección o jamás le dieron el consejo, ya que cometió un descuido imperdonable que le costó la pelea ante Floyd Mayweather. ¿Un descuido? Perdón, fueron dos. El primero, fue haberle metido tremendo cabezazo a Floyd, justamente en el único tramo de la pelea en la que, el entonces todavía campeón, llegó a poner en algún apuro –es, al cabo, una manera de decir- a su elusivo rival. Contra las sogas, Floyd iba tejiendo su telaraña hasta que ¡Zás! Vino el cabezazo que hubiera sido descalificación inmediata, pero que Joe Cortez amonestó con un punto solamente. Y es algo hasta comprensible, teniendo en cuenta los millones en danza. Que el espectáculo siguiera y luego, se vería qué hacer. Sólo que el espectáculo duró poco, porque cuando se reiniciaron las acciones y tras el saludo de ambos, Ortiz bajó los brazos y quedó totalmente expuesto a que Floyd le pegara primero una especie decachetazo con la zurda, tipo cross, y luego, inmediatamente, casi como un acto reflejo, y mientras Ortiz miraba al referí para quejarse, vino el directo de derecha: KO y a otra cosa.
El primer error de Ortiz fue meter el cabezazo. Y decimos error cuando deberíamos decir “horror” porque fue la demostración más clara de su impotencia, justamente cuando estaba en un momento favorable.
Y luego, el segundo error, fue bajar los brazos. Nadie premiará a Floyd por el “Gesto caballeresco del año”, pero, esto es boxeo. De hecho, hasta Joe Cortez, cada noche más lento de reacción, había dicho un “Let’s go”. ¿Entonces?
Como dijo Floyd tras el combate: “El segundo de Ortiz me trató de ser un boxeador sucio, justamente cuando fue él quien metió el cabezazo. Hay que protegerse todo el tiempo; lo que hice, lo haría otra vez. Cuando estoy en el ring estoy como en mi casa”.
Y razón tiene, aún cuando a este escriba no le agrade demasiado ni su estilo ni, mucho menos, su conducta fuera del ring. Pero hay que rendirse a una evidencia y que hoy, es el único que podría poner en riesgo a Pacquiao. Y que Manny es, hoy, el único que podría ganarle. Esa pelea sería para verla, sin dudas; el boxeo la necesita y además, la reclama.
Mientras tanto, Floyd seguirá haciendo ruido y burlándose de todos.
Con esta pelea, Floyd sumó el campeonato mundial welter junior del Consejo: KO en el cuarto asalto en el MGM Grand de Las Vegas.
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