sábado, 2 de julio de 2011

WLADIMIR Y HAYE: SE ACABARON LAS PALABRAS

Hamburgo, Alemania (Télam).- El ucraniano, radicado en Alemania, Wladimir Klitschko y el británico David Haye disputarán mañana un combate unificatorio por los títulos pesado de la AMB, la OMB y la FIB en velada a desarrollarse en el Imtech Arena de Altona, de la ciudad alemana de Hamburgo.
El ucraniano arriesga los cinturones OMB y de FIB, mientras que el púgil inglés ostenta la corona AMB.
En el pesaje oficial realizado hoy, en el mismo escenario de la pelea y ante un gran cantidad de aficionados, Klitschko dio 110 kilos exactos y Haye registró 96,500 kilos.
El menor de los hermanos Klitschko, de 35 años de edad y 1,91 metros de altura, ostenta un palmarés de 55-3-0 con 49 nocauts y de ganar lograría que su familia se quede con las cuatro coronas de los pesados, ya que su hermano Vitali es el actual titular CMB.
Wladimir arriesga por décima vez su cetro FIB y por sexta el OMB en procura de su nocaut número 50.
Haye, ocho centímetros más bajo que Litschko, se proclamó campeón AMB el 7 de noviembre de 2009 al derrotar por puntos al gigante ruso Nikolai Valuiev, de 2,13 metros de estatura y 145 kilos de peso.
El inglés, de 30 años y ex campeón de los cruceros, tiene una foja de 25-0-1, con 23 nocauts.
Haye calentó el duelo provocando sin cesar a Klitschko. El extrovertido púgil británico lució públicamente una remera con su propia imagen sosteniendo en cada mano las cabezas decapitadas de los hermanos Klistchko. (Télam).
Hasta aquí la información. Pelea que, parece, no veremos en directo en la Argentina; pelea que, al menos por parte del británico, ha sido promocionada con el peor de los gustos: palabras, insultos y desplantes. Klitschko también aporto lo suyo, ya que ambos tienen que vender entradas y pay-per-view.
Solamente nos queda rogar que sea una pelea digna de un campeonato mundial, porque con palabras solamente no se hace nada.
Klitschko –con todo respeto- es un aburrido que no despierta ninguna inquietud. Haye –con todo respeto- habla mucho, vende muy bien, pero con los guantes puestos no es ninguna lumbrera, precisamente.
Tal vez nos equivoquemos, pero tenemos el presentimiento de que todo quedará en palabras, palabras y palabras...


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