NARVÁEZ, TODO UN HOMBRE

LOS NARVAEZ: YA TODO PASÓ. FOTO: CAIRO

OMAR NARVÁEZ es, sin duda, un campeón que provoca respeto y admiración. OMAR NARVAEZ, es, ante todo, un hombre que obliga al reconocimiento. Es que detrás del campeón está el hombre y en este caso, aunque no conozcamos más allá de algunas facetas del hombre, hay un ser humano muy especial. El sábado, en el Luna Park, le ganó a Johnny García demostrando todo lo que es capaz. A los 37, le cuestan las peleas friccionadas; y tras cuatro o cinco primeros asaltos en donde se plantó de contragolpe, cuando salió a meter sus manos la cosa cambió. Cuando, aparentemente, entró en el juego del mexicano, fue donde sacó ventajas: llegó siempre primero, conmocionó al Laberinto, lo hizo marrar muchísimos envíos, amortiguó muchos otros y terminó quebrándolo anímicamente. En el 11° el mexicano terminó de rodillas, totalmente vencido.
Pero hablamos del hombre. El que postergó la pelea para ir a Trelew y despedir a su padre; el hombre que siempre está acompañado de sus hijos; el que se banca hasta el final a sus hermanos; el hombre de pocas palabras, que además, cuando se tiene que plantar en un ring y ganar más a fuerza de coraje, también lo hace. "Es todo un hombre", nos decía anoche, Ramón Cairo, volviendo de la radio. Si, es cierto, es todo un hombre con lo que significa la expresión. El sabe muy bien por qué. Por eso, aplaudimos al campeón, pero mucho más todavía, respetamos y admiramos al hombre.

CARLOS IRUSTA