CON MIGUEL ANGEL CAMPANINO se va una época. Una época de jabs bien lanzados, pasos a los costados, de derechas barriendo o bloqueando las manos que venían, de rotación de cintura y de elegancia al caminar. Pero también se va la época de aquellos boxeadores que no hablaban pavadas, que entrenaban todos los días, que cumplían con su trabajo.
UNA NOCHE, allá por 1970 y pico, Campanino se vino a los estudios de Radio Continental para hacer una nota para "La Peña del Camionero", que conducía Jorge Aliaga. En un alto de la charla, que era grabada, un querido amigo, Carlos Solís, le comentó de lo sacrificado del boxeo y con esa sonrisa semi irónica, y al mismo tiempo buenaza, Miguel le respondió:
-No, que sacrificio... Se sacrifican los que andan partiendo piedras... Yo como bien, salgo a correr por las mañanas... entreno después de la siesta... ceno con una copita de vino... No, amigo, sacrificio hacen los que tienen que laburar trepados a un techo, o los que son albañiles, que se yo... Esos si que realmente se sacrifican, lo mio es otra cosa...
COMO NO HABIA SELFIES NI INSTAGRAM, Campanino era uno de los que entrenaba y peleaba. Tiempos de otros "nenes", como se decía entonces, como Ramón La Cruz, Horacio Saldaño, Abel Cachazú, Esteban Osuna... Con todos se mezcló. No tengo ganas de hacer la fácil de tomar el libro de records y poner fechas y resultados en columna, prefiero mis recuerdos, pero creo que les ganó a todos ellos en base a talento y trabajo.
-Cuando empecé a ir al Luna, yo era pibe y entrenaba Luis Federico Thompson, por ejemplo, y yo me pasaba toda la tarde mirándolo a él y a otros, porque mirando también se aprende... -me dijo una vez-.
PUPILO DE ADHEMAR "CHITO" TEVEZ, extraordinario maestro, y dirigido por Víctor Arnoten en Buenos Aires, fue de una tremenda camada de pampeanos como Miguel Angel Castellini, Golepa Cabral y tantos y tantos otros. Campanino tuvo su oportunidad mundialista ante un juvenil y explosivo Pipino Cuevas, y su fino boxeo no pudo ante semejante peleador. Fue al frente, con todo su estilo y terminó nocaut.
-Si hoy se hiciera de nuevo la pelea haría lo mismo -me dijo cuando le pregunté si sentía que habìa fallado su estrategia-, porque cuando uno va a buscar un campeonato mundial hay que ir a buscarlo a fondo, sin especulaciones...
EN RING SIDE EN EL AIRE lo pusimos en contacto con PIPINO CUEVAS. Nunca -nunca- habían vuelto a hablar entre ellos, ni siquiera después de la pelea, porque cuando terminó el combate no se volvieron a ver más. Fue un diálogo respetuoso entre dos profesionales,dos amigos. Fue, sin dudas, una de las grandes notas que logramos en nuestro programa que, lamentablemente, no quedó registrada.
Ernesto Cherquis Bialo tituló en El Gráfico, luego de uno de sus combates: "Tendría que pelear con guantes de terciopelo" y no le faltaba razón.
SE FUE CAMPANINO, el del boxeo fino, el de la voz pausada y sin estridencias, el que, siendo un pibe, se quedaba toda la tarde en el gimnasio mirando a los demás, porque ya sabía por entonces que MIRANDO TAMBIÉN SE APRENDE.
CARLOS IRUSTA
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