domingo, 22 de abril de 2018

OMAR NARVÁEZY JESÚS CUELLAR: DOS ACTITUDES

 NINGUNO DE LOS DOS tenía grandes posibilidades de victoria. Narváez por una cuestión de años, de trayectoria y de desgaste. Cuellar, por una larga inactividad, y porque iba a tener enfrente a una de las figuritas con proyección del boxeo norteamericano de hoy.

EN BOXEO no siempre dos más dos son cuatro, como en la vida, y por eso mismo es apasionante.  Maidana fue "de punto" con Víctor Ortiz y con Adrien Broner y recordemos cómo les fue. Pocos creían en Monzón cuando fue a pelearlo a Nino en Roma y pasó lo que pasó. Pero hay un aspecto clave en esto y es la ACTITUD. 
¿Ultimo acto en la gran carrera de Narváez?
El Forastero Cuellar se jugó todo hasta el final 

NARVAEZ  subió a hacer una pelea segura, bien de lejos, sin arriesgar demasiado. La única forma que tenía de obtener la victoria era jugándose en la corta distancia, para imponer sus veloces combinaciones y anular los largos brazos de Zolani Tete, 12 años más joven y 16 centímetros más alto. No lo hizo y así pasaron los asaltos, sin variantes, como ocurrió alguna vez frente a Nonito Donaire. No hacía falta saber de boxeo para darse cuenta de que de esa manera, era imposible ganar. 



CUELLAR, a su vez, asumió el compromiso ante Gervonta Davis como cuando era campeón, peleando como un retador, jugándose en cada cruce y yendo al frente. Davis, mucho más veloz, lo superó en todos los terrenos y aunque cayó más de una vez, El Forastero se paró y, obstinadamente, continuó atacando...

LA ACTITUD de cada uno fue contrastante. Cuellar es un peleador, un hombre de pegada dura, cuyo lema es ir al frente siempre. Sin embargo, no lo hizo frente a Abner Mares y fue "otro" Cuellar, desdibujado y manso. Ante Davis, en cambio, subió a jugarse todo a cara o cruz.
Narváez siempre un boxeador de contraataque, inteligente, frío y al mismo tiempo, gran lanzador de manos combinadas. ¿Qué se hace ante la gran alternativa de su vida deportiva en su última pelea grande?  Todos sabíamos que no iba a ser una pelea "segura" la que le permitiría la conquista, sino aquella en que tomara riesgos: no iba a ser una pelea sencilla...

ASÍ LE FUE A CADA UNO. Narváez perdió sin atenuantes, por puntos, en 12 rounds sin emociones. Cuellar cayó en tres rounds, jugándose  en cada choque.
Cada cual es dueño de su propio destino, y en el boxeo, cada cual también es de muchas maneras, artífice de sus derrotas. 
No es una actividad para pelear solamente por "Los argentinos y la bandera", es para pelear por la Gloria, por el Dinero y por la Fama. La ley del ring es muy dura y muy cruel. Por eso nadie olvida las peleas bañadas en sangre de los Lausse, Galíndez, o Castro, ni las derrotas de Ringo frente a Alí, o de Maidana con Mayweather, entre otras, en donde la actitud los llevó a pretender lo imposible, arriesgando la vida en cada mano...

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